Mis 365 Momentos.

PLENILUNIO DE SEPTIEMBRE: Luna de las Frutas

ESE ALGO..

Puedes tener un gran día, sin restos de alguna mala sensación pasada, con la cabeza en alto y el cuerpo firme, la esperanza constante y la mirada fija; pero algunas veces aparece algo pequeño, extraño, diferente, que llega a tumbar tu gran día.

Te hace caer, y cada vez que intentas levantarte te agarra del pie y no te deja continuar. Te arrastra hasta una laguna de desesperación, que cada vez que intentas salir se llena de arena, hasta tal punto que te das cuenta que saliste de aquella laguna, y ahora estás en un gran territorio de arena movediza. Te intentas levantar, pero cada vez te retiene con más fuerza. De vez en cuando llega una mano amiga, dispuesta a ayudarte, y logra sacarte; mas otras es la arena la de la victoria y hace caer también al que llegó dispuesto a ayudarte. Comienzas a desesperarte, quieres escapar a como de lugar, gritas, lloras, te estancas, no sabes como seguir.. 

Ese algo que es inexplicable para muchos de nosotros; ese algo que solo pocos llegamos a sentir; ese algo que trae colosales destrozos emocionales y morales; ese algo que nos da un poco más de sensibilización y sentido común. Ese algo que, a pesar de todo lo malo que pueda traer, lleva consigo grandes enseñanzas. De todo lo malo algo bueno queda, ¿o no?

Lo más llamativo e interesante de estas situaciones es el gran afán de las personas por querer salir ilesas del gran agujero, y los obstáculos que poco a poco se le presentan. Existen personas que piden ayuda y logran salir acompañadas, pero hay otras que no; que no la logran recibir y solo queda la resignación, seguida de un esfuerzo excesivo para salir del mal momento. No sabes de donde, pero sacas fuerzas para salir.

Algunas veces incluso deseamos no salir de ahí hasta que todo acabe, para evitar que hayan "réplicas" de lo sucedido. Decidimos no rendirnos hasta tener todo el cargamontón lejos; tan lejos como para lograr escapar de esa jaula de dolor. Esa jaula circular que aterra a cualquiera.

Pero lo peor de todo no es eso, sino es la espontaneidad y la frecuencia de estos casos; además de, ya claro está, la asombrosa selectividad de los sujetos.

Todos sabemos que quedarnos estancados no es lo más apropiado, que el quedarnos de brazos cruzados o nos lamentamos mientras lo malo sucede es tal vez una acción completamente estúpida..

TODOS LO SABEMOS!

No obstante, no seguimos nuestras guías ya predeterminadas, no seguimos la corriente de la situación, no seguimos nuestros propios consejos; escuchamos a quien sea menos a nosotros mismos..

Y es ahí, verdaderamente, cuando perdemos la calma y creemos que estamos perdidos.

Walther Adkins