Martes 31 . Agosto . 2012 – 00:45
am (Terminé de escribir)
Y así, comenzó el primer día de
estas tan solitarias vacaciones. (En referencia al Lunes 30, primer día de vacaciones)
Vaya, vaya. Qué día.
Vaya, vaya. Qué día.
Y uno que podría pensar que esto
sería diferente, que tal vez saldría de lo común y haría algo diferente, no tan
rutinario, mas qué equivocado estuve. O tal vez, hice planes sin bases fijas,
tuve sueños demasiado fantásticos, o tal vez jugué con cartas con las que no
tenía las de ganar.
Es difícil de entender pero es
así como siempre he sido, después de todo. Alguien difícil, alguien complicado,
inentendible, jaja. Qué más da, a nadie le importa que sea así. Sí, sí..
siempre con estas cosas y siempre aparecen los amiguitos que te dicen: “Oye, tú sí me interesas, sí me importan las
cosas que estén relacionadas a ti, no me importa que seas difícil, sensible,
tonto o apegado.. esas cosas son secundarias, no tienen mucha importancia;
además, son lo que te hace quien eres, y yo te quiero así”. Pero qué pasa
después.. lo típico de siempre. Há. Sí, te “escuchan”, te “entienden”, te
“acompañan”, y después quedas como una de sus preocupaciones secundarias.
Después se olvidan hasta que vuelves a recordarles que no son tan buenos amigos
como creen que son. Sí, eso pasa a menudo. Lo sé porque incluso yo quedé en uno
de esos papeles más de una vez. En el pasado, sí. Fue un error, sí. Rectifiqué,
sí. Eso no es lo importante. Dices que estás por irte, por quedar enfermo y de
pronto todos tienen ojos, oídos y tiempo para ti.
“Qué curioso que cuando estás por
morir, todo el mundo te quiere de repente.” –Dr. House.
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