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martes, 14 de agosto de 2012

El último abrazo

Ayer tenía una exposición que nos dejaron hace una semana. Debíamos narrar alguna historia, narrar algún sueño o invitar a reflexionar a los compañeros de clase mediante un método por el cual se interesen en él.
Un compañero de clase me recordó el domingo la tarea para el día siguiente, así que decidí hacerla antes que sea tarde. Estuve pensando todo el día en lo que diría, hasta que en la tarde llegó David y bueno, ya les contaré más adelante eso, es otra historia muy aparte. No escribí nada, esperanzado en que durante la noche sueñe algo bonito y pudiera hablar de eso. Coloqué el despertador a las 5 am, y no pude dormir sino hasta la medianoche o las once, ya también contaré aparte el por qué.
El despertador comenzó a sonar a las cinco de la mañana, y me desperté. Seguía recostado en cama, pensando en todo, intentando recordar algún sueño interesante o con algo de magia que haya tenido para contar en clase, ya que no había logrado tener un sueño lo suficiente valioso como para contarlo. No quería desaprovechar esa oportunidad, quería darles un mensaje a mis compañeros.
Pensando y pensando, con las palabras retumbando en mi cabeza, intentando localizar la idea perfecta que podría hacerme sentir satisfecho del trabajo que hice.
Seguía pensando y pensando, hasta que recordé que la semana antepasada, durante mi viaje, tuve una revelación algo amilanante.

El viernes que salimos de vacaciones, tuve un lamentable conflicto con David, mi mejor amigo. Resulta que me molesté y desde ese día decidí permanecer alejado de las redes sociales durante toda la semana de vacaciones, y también decidí hacer un viaje para alejarme de él y de todas las cosas que podrían ligarme con su persona. Durante el tiempo en el que estuve de viaje, quería intentar pensar en lo que realmente estaba haciendo, y el rumbo en el que estaba llevando esa amistad. Resulta que no hubo momento en el que pudiera yo dejar de pensar acerca de eso, y solo seguía y seguía meditando. Una de las noches que permanecí en el hotel, tuve una extraña sensación de falta de afecto en mi pecho. Recordé entonces los momentos especiales que había tenido con él, hasta que me quedé dormido. Ya en ese estado que llamamos sueño, comenzó la típica historia.
Una experiencia muy triste, mas inolvidable.
Estábamos en un auto [David y yo] que nos llevaría hasta quien sabe, pero era algo urgente. De pronto una colisión masiva hizo que el vehículo detuviera su curso, y tuvimos que bajar de ahí. De pronto, en la cuadra siguiente, comenzaron a explotar varios autos de manera sorprendente, y veía el fuego que salía desprendido de los coches. Decidimos correr y encontrar un refugio, en algún lado, no importaba cual o dónde, solo queríamos estar a salvo. Corríamos despavoridos, con explosiones repentinas aquí y allá.. era horrendo. Encontramos un establecimiento vacío, y decidimos ir allí. Caminamos cuidadosamente hasta que llegamos al frente. Un auto estaba cerca a nosotros, y llegué a ver una luz roja parpadeando repetidas veces, y entonces sabía lo que era. También sabía que hacer. Empujé a David hacia el puesto e intenté evitar que la explosión le afectara. Recuerdo que sentí un golpe seco en el pecho, y después vi imágenes discontinuas. De pronto una vista desde los aires mostraba un cuerpo sangrante, con la chaqueta manchada y los brazos cortados, pero con una sonrisa en el rostro. Otro chico se acercó a su cabeza llorando, y el herido también lloró. Se abrazaron, hasta que uno de ellos cerró los ojos, y comencé a sentir frío. Yo ya no me sentía en ese momento como uno más de los personajes del sueño. Me sentía como un espectador, y la horrible sensación gélida terminó por congelar mi cuerpo. El chico había fallecido en los brazos del otro, con un rostro sonriente; contento de haberse ido salvando a esa persona especial.
Me desperté con sudor en el rostro y lágrimas por mis mejillas, estaba muy asustado, y lloraba desconsoladamente. Tenía además mucho frío. No obstante, decidí tomar una ducha fría para poder pensar. Me desnudé, y me quedé pensando echado en la tina del baño. No paraba de llorar..

Siempre hay personas importantes en nuestra vida, llamémoslos amigos, hermanos, mejores amigos, bf's..
El punto es jamás soltarlos o dejarlos de lado, siempre tenerlos en un lugar donde nunca lleguemos a olvidar que están ahí o que deben estar, disfrutar con ellos siempre, abrazarlos como si fuera la última vez, reír con ellos como si tuvieran que irse, tratarlos como si fuera la última vez que los veamos porque ya saben, como me pasó en el sueño..

Nunca tenemos asegurados un lugar en este mundo, y podemos irnos, o ellos pueden hacerlo, EN CUALQUIER MOMENTO.


Atte, Walther Adkins.

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