Siempre me han dicho que los hombres no lloran. Que nunca están mal. Que jamás dejan de sonreir. Que no tienen miedo a nada. Que son valientes. Que son muy fuertes. Que pueden consegir lo que quieran. Siempre me han dicho que yo era un pequeña hombre, un 'hombrecito' pero.. no lo soy. No lo soy porque yo sí que lloro y también estoy mal. No sonrío siempre y tengo miedo a muchas cosas. Jamás me gustaron las hombres u hombrecitos. Desde niño los he odiado, esas personas mayores me reflejan (en su mayoría) seriedad y frialdad. Quizá sea porque ellos representan todo lo que yo no soy y todo lo que la gente ve bien. Suelo llevar la contraria al mundo entero. Lo sé. Puede que sea el chico más complicado que exista en el mundo. No lo puedo negar, pero.. jamás en mi vida he intentado ser algo que no soy. No soy un 'hombrecito' y no quiero serlo. No espero que todo me salga bien. No creo en las princesas que tengo que buscar para cambiarles la vida en un abrir y cerrar de ojos. Solo conozco sapos y ranas que siempre terminan haciéndoles daño y personas caprichosas. No creo en grandes logros o amores de ensueño. No creo en nada porque todo es irreal. Ahí fuera las cosas no son como parecen. Hay personas increíbles y otras que es mejor tener lejos. Hay momentos inolvidables y otros que desearías borrar de tu mente. No existe un equilibro entre el bien y el mal. Los malos siempre ganan y los buenos pierden. Es la única verdad, es hora de quitarse la venda de los ojos.
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