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lunes, 16 de abril de 2012

Pero, ¿escribir sobre qué?

Hay algo que amo en una canción, que no revelaré, o talvez lo haga más adelante.
Es una de las canciones que actualmente me ayuda demasiado, y cuando la escucho está asegurada esa necesidad por escribir. Pero, ¿escribir sobre qué?
Ayer tuve una conversación muy interesante con una amiga especial para mí, y también fue algo dura. En sí esta conversación giraba en torno a un sujeto que es también la mayoría de entradas que hay en este sitio, sí, él: DAVID. Entre algunas de las sensaciones que tuve durante el desarrollo de la conversación, una que destaca es la nostalgia o melancolía. Por un momento, al ella decirme todo eso, fue como un golpe, del cual poco a poco iban saliendo recuerdos. El flujo del río de los recuerdos que salían de mi cabeza tenía un caudal muy fuerte, por lo que éste rompió esa pared que tengo en mi corazón, ingresó al núcleo de mi corazón en la noche, y lloré. Sí, lo hice, y lo hice como hace tiempo que no lo hacía. Un llanto silencioso en mi cama, en mi habitación. Un llanto difícil de comprender, con causantes varios. Una larga lista (muy larga de hecho) de nombres que aparecen en mi historia, en la historia de mi vida. Como toda persona, muchas cruzan su camino, y pocas conservan un espacio en ella. En mí hay un caso especial: Muchas personas, talvez demasiadas, han pasado por esos espacios de mi corazón, y cada uno ha dejado su propia marca, muy diferente a cualquiera de las que hayan hecho otras personas. Es casi regla que alguien destaque entre todos, en una persona siempre haya uno que se haga querer más. Pero, lean bien: QUE SE HAGA QUERER MÁS. Esto quiere decir que esa persona hace méritos para quedarse en tu vida, porque si en verdad te quiere, o te ama, luchará por ti, por tu amor, por tu cariño, por un espacio en tu vida; esa persona luchará por quedarse en tu vida. Lamentablemente no todos tienen eso como base, y por eso es que desencadenan muchos problemas sentimentales.

Hay personas así y tenemos que aceptarlo, aunque cueste, aunque sea duro y duela. Por mi parte, normalmente soy yo quien lucha siempre, pero para que una relación de cualquier tipo funcione, ambas partes deben poner empeño, esfuerzo y dedicación para llevar las cosas adelante y evitar o superar cualquier lío o problema que se les cruce en el camino.

En mi opinión, esto no es justo; no es justo que uno sufra y el otro no, que uno dé todo de sí y el otro no, no es justo. No, no lo es. Creo que todos merecen un buen trato, y que esas personas que se interesan por el otro lo merecen aún más; talvez no un trato especial, pero sí merecen cariño, ¿no?

Si vuelven a leer el primer párrafo de esta entrada notarán que una pregunta quedó pendiente: Pero, ¿escribir sobre qué? Pues normalmente la canción me trae a la mente una imagen de mi sufrimiento, de ese dolor que siento por él. No puedo hacer que me ames, ¿verdad? Y es tan cierto, tan duro, tan increíblemente cierto. Me pongo a pensar en lo que me dijeron antes: ¿Te importaría si hablo con él? Pues.. CLARO QUE ME IMPORTA. No quiero que se metan en esto, porque sé que si llegan a hacerlo talvez las cosas cambien, y talvez cambien para bien, pero no quiero que las cosas cambien por el hecho que se sintió presionado o constantemente fastidiado. Si él cambia, o mejora, o empeora, será su decisión, y no pienso meterme ni permitir que alguien se entrometa en esto. Que las cosas sucedan porque deben suceder, porque así es como se siente y como deben suceder. Solo espero que no se dé cuenta tarde. Ese es mi miedo más grande.
Gracias por detenerse a leer.

Atte, Walther Adkins

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